Joseph Lumbroso escribió su testamento, tras intentar suicidarse después de pasar por la cámara de tormento y delatar a un gran número de judíos conocidos al no resistir el dolor físico. Para entonces, había renunciado a toda misericordia y sabía que le esperaba la muerte en la hoguera.
Este documento manuscrito, es el único firmado por Carvajal con su seudónimo, Joseph Lumbroso. Fue escrito en papel muy delgado, con una magnífica y delicada caligrafía.
El texto abunda en citas latinas del Antiguo Testamento. En él deja testimonio de su fe y de sus arraigadas convicciones; irradia paz y serenidad después de haber sido sometido al tormento.
Inicia con una alabanza al Creador del universo y a su magnificencia y se dirige con humildad a su Dios para suplicarle que lo ampare en el peligroso trance de la muerte, rogándole que acepte y reciba su alma en la vida eterna, a cambio de ofrecer su mortal cuerpo en aras de su Ley y de Su Nombre. Recoge además las diez verdades en las que cree. Y finaliza, con las mismas súplicas del comienzo. Se asemeja a un compendio en el cual, Carvajal ratifica su protesta de fe, solicitándole ayuda para que en sus últimos momentos siga fiel a la Ley de Moisés.
El documento se encuentra agregado al final del segundo proceso en el Archivo General de la Nación de México.