Este es un cuadro único en todo el territorio hispanoamericano por su temática; ya que representa un Auto de Fe contra indígenas. Se encuentra en el MUNAL, México.
El Santo Oficio de la Inquisición en muy contadas ocasiones condenaba a indígenas, ya que se encontraban fuera de su jurisdicción y no estaban sometidos a la autoridad de este tribunal. Se intuye que usarían la ceremonia pública, como ejemplarizante para el resto de la población.
Se trata de un óleo sobre tela del siglo XVIII que representa un Auto de Fe celebrado en San Bartolomé Otzolotepec. La imagen muestra a Juan Ignacio de Castoreña y Ursúa, (1668-1733), presidiendo la ceremonia, bajo un dosel de terciopelo negro, en su calidad de juez provisor de los naturales del arzobispado de México. A su derecha se encuentran el aguacil mayor y un notario. Sobre la mesa los documentos condenatorios y al centro una cruz penitencial, frente a la que declaraban los acusados. A la izquierda del altar, el juez; y al otro lado, el cura oficiante con su acólito.
Al centro, de cara a los clérigos, se eleva un tablado cercado por una barandilla, donde se alinean seis reos vestidos con sambenito y tocados de capirote, dos de ellos son mujeres indígenas ataviadas de huipil.
Alrededor, destacan entre la multitud, seis indígenas caciques con sus mantos anudados al hombro y distinguidos con sus varas de mando. Tras de ellos se encuentra el corregidor de Toluca, con su bastón de mando, vestido con casaca y peluca a la francesa. Este personaje servía de enlace entre las autoridades indígenas y el gobierno virreinal, y bajo su jurisdicción se encontraba este pueblo. En un tablado independiente, vestido con un damasco rojo, el alcalde mayor, posiblemente el de Lerma o Toluca, comparte su lugar con dos de sus capitulares.