La familia Carvajal, su historia, su legado, ha despertado el interés de muchas personas, entre ellas Jacobo Kaufmann, director de escena, escritor, traductor, docente e investigador, que se decidió a escribir el libreto para una ópera inspirada en las vivencias de esta familia. Un trabajo que nos describe en la entrevista concedida a Liber Ediciones en octubre de 2018.
Jacobo nació en Buenos Aires, ciudad donde llevó a cabo sus estudios. Realizó con éxito puestas en escena de óperas, teatro musical, teatro de prosa y producciones de multimedia, radio y televisión en todo el mundo, junto a artistas de renombre internacional. Ha obtenido distinciones importantes, participa frecuentemente en congresos, e integra jurados de prestigiosos concursos internacionales. Paralelamente a estas tareas, y desde una edad muy temprana, se desempeña como docente, periodista y autor de obras teatrales y de ficción. Actualmente reside en Israel.
El drama que configura su libreto se basa en hechos históricos y en personajes reales. El texto incluye además versos escritos por Luis de Carvajal El Mozo en sus memorias, y frecuentes citas bíblicas, de las cuales Carvajal y algunos de sus amigos poseían un conocimiento profundo.
La obra, que todavía no ha sido estrenado, se estructuró en dos actos, en los que se suceden una serie de escenas cronológicas, entrelazadas con sueños, poesía, recuerdos, y visiones místicas. Su puesta en escena, según el autor, constituye un verdadero desafío a la imaginación de los directores, escenógrafos, vestuaristas e iluminadores.
El primer acto se inicia con el nombramiento de Don Luis de Carvajal y de la Cueva por el rey Felipe II, como gobernador y capitán general del Territorio de Nueva León y termina con su muerte y la condena de Luis de Carvajal El Mozo, a prisión perpetua, realizando trabajos forzados y un eventual alivio de su condición de preso.
El segundo acto comienza con una escena en el Hospital de Convalecientes de San Hipólito Mártir, donde Joseph debe cumplir su sentencia, rodeado de dementes y otros enfermos. La ópera concluye con un coro final en el que las víctimas proclaman su fe judía y su creencia en un solo Dios. Las llamas las consumen. La turba, la jerarquía eclesiástica, y los funcionarios seculares se dispersan. Repentinamente las víctimas parecen revivir de sus cenizas. El espíritu y el amor por el Todopoderoso decididamente han triunfado sobre la perversidad de los inquisidores.
Es importante destacar, que Kaufmann ha otorgado gran importancia a la música y para ello ha colaborado con su amigo y compositor Osías Wilenski, autor de la musicalización. La obra fue escrita en castellano, y traducida al inglés por su autor, aunque para la ópera se ha utilizado el texto en castellano.
Escuchemos sus palabras, para conocer las razones que le llevaron a escribir este magnífico libreto.