Doña Francisca será cruelmente sometida a tortura por los inquisidores. En sus Memorias, en la página 9, Luis describe cómo, después de haberla llevado varias veces para tomar declaración y no obtener el resultado deseado, un viernes decidieron darle tormento. Luis ve cómo van los jueces por delante, seguidos del escribano, el alcaide y portero, y ya en la sala, el verdugo espera a que llegue la mansa cordera. Desnudarán a la madre y la atarán para aplicarle tormento.
El artista Natalio Bayo centra la imagen en el cuerpo pendiente de la matriarca de la familia, indefensa y avergonzada, bajo la atenta mirada de sus desalmados jueces.