El momento había llegado, después de meses de sufrimiento y temores, finalmente el 8 de diciembre de 1596, se cumplió la sentencia y Luis de Carvajal El Mozo, sus hermanas Isabel, Catalina y Leonor y su madre, Francisca Núñez, junto con otros cuatro condenados, fueron quemados en la hoguera tras haberles aplicado garrote.
Luis fue el que recibió las acusaciones más graves, insultaba a los espectadores que se habían acercado al cadalso y éstos le respondían con injurias contra el pecador, que irritado arremetía contra ellos y contra los santos. Fueron sus últimos recursos desesperados antes de doblegarse ante el fraile que esperaba junto a él.
Bayo representa ese momento, jugando con los matices de la bitonalidad, la oscuridad del humo que asciende hasta los cielos, la pira, los espectadores, y él, en el centro, vestido en tonos claros, todavía portando el sambenito.