Luis de Carvajal pasará largas horas cumpliendo condena, primero en prisión, después en el Convento de Santo Domingo y finalmente, de nuevo en la cárcel, hasta su juicio final. Durante esas jornadas infinitas de cautiverio medita, ora y escribe.
En esta imagen, el artista refleja el perfil de Joseph Lumbroso tomando nota de sus reflexiones. La habitación carece de enseres, únicamente al fondo se dibuja una ventana con barrotes, reflejo de una estancia en extremo sobria y lúgubre.