Natalio Bayo nace en Épila (Zaragoza) en 1945 y desde muy joven comienza su actividad artística. En 1969 realiza su primera exposición individual. Pronto su vocación pictórica se ve alentada con la concesión del Primer Premio San Jorge de la ciudad de Zaragoza en 1970 , el premio Beca María Blanchard de dibujo para artistas menores de 25 años, en Santander y en 1971 una Beca de pintura de la Dotación de Arte Castellblanch, que le permite una larga permanencia en Italia.
El conocimiento y el contacto con el Renacimiento y en especial con el florentino que propicia esta estancia italiana, influyen decisivamente en la obra posterior de Bayo. En su trayectoria, los estilos se mezclan y conviven, desde el pop y un expresionismo casi rozado hasta el realismo que deriva en su surrealismo onírico.
A finales de 1972 forma con otros jóvenes pintores de Zaragoza el grupo AZUDA 40, con el que expone en diferentes ciudades españolas. Natalio Bayo ha mostrado su obra en Madrid, Barcelona, Zaragoza, Sevilla, Valladolid y Salamanca entre otras ciudades españolas y en el extranjero en Colombia, Nicaragua, Japón, Francia, Alemania y Holanda.
Las creaciones de Bayo están presentes en docenas de museos y colecciones, a destacar La Biblioteca Nacional, la Fundación ONCE o la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura. Como ilustrador de bibliofilia, Natalio Bayo ha colaborado con conocidos autores como Juan Antonio Labordeta –’Canción para atenazar a una paloma’ 1976, ‘Canciones de amor’ 1997– o Antón Castro, pero es la Carmen de Liber Ediciones la obra en la que Bayo ha podido desarrollar más extensa y brillantemente su pasión por el grabado. Además, ha ilustrado con Liber Ediciones San Jorge, consiguiendo el Tercer Premio al libro mejor editado en España en su año de edición, y Romeo y Julieta, Primer Premio al libro mejor editado en España en la modalidad de Bibliofilia, ambos otorgados por el Ministerio de Cultura de España.
Mauro Armiño dice sobre el artista: “Bayo, tras unos coqueteos iniciales con la abstracción, siempre ha navegado entre Escila y Caribdis salvando escollos; porque se trata de una figuración tocada por el ala de otras corrientes: su realismo no es real, sino mágico, para ver surgir sobre sus lienzos personajes masculinos o femeninos a los que la mirada del artista envuelve en la decadencia de sus elementos más carnales; o también palomas o caballos con toques de sublimación, sobre paisajes furibundos en los que Goya en ocasiones es un referente.”
En la larga trayectoria de Bayo, los estilos se mezclan y lindan entre sí por etapas: desde el pop hasta una mirada de reojo al expresionismo inicial del siglo XX, con un rotundo poder de ironía, de reescritura de grandes temas pictóricos del pasado; y la mezcla en ocasiones alcanza una audacia sorprendente entre el realismo que deja sobre las figuras el paso del tiempo y un surrealismo onírico.
Natalio Bayo es un pintor, grabador y dibujante impecable. En su importante obra gráfica destaca la calidad del dibujo y en muchos de sus trabajos, su fuerte vinculación temática a la realidad social, tratando en algunos casos la temática religiosa y la época de la Inquisición.